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El P. Bruno y su papel en la educación argentina
por la Prof. Marta Grondona de Campero (*)
El querido Padre Bruno recién llega a la ciudad de Rosario cuando es nombrado Rector del Colegio Sagrado Corazón, en 1978. En su calidad de tal, en poco tiempo es llamado a integrar la Comisión Directiva del Consejo de Rectores de la Provincia de Santa Fe, con sede en Rosario, que nucleaba a los rectores y directores de las escuelas privadas de la Provincia, confesionales y laicas. Se caracterizó por ser un grupo convocante para sostener una formación y capacitación continua de los directivos responsables de la educación en Santa Fe. Llevaba constituido mucho tiempo y llegó a estar en actividad casi 20 años, Bruno fue muy respetado y reconocido entre sus colegas, ya que varias veces ejerció el cargo de Presidente del mismo.
Durante el año 1980 se realizó en nuestro país el Censo Nacional de Población donde se ratificó el elevado índice de analfabetos que todavía se ostentaba, de allí que en 1983 se lanza el Plan Nacional de Alfabetización, puntapié para restablecer la idea de concretar, y así se hizo en los inicios del gobierno democrático, el Segundo Congreso Pedagógico Nacional. Llegó así el momento para que los diversos sectores de la sociedad pusieran en marcha un ámbito de discusión nacional para modernizar nuestro sistema educativo y contar con una ley orgánica de educación, cimiento de toda reforma educativa.
Y fue entonces donde nuevamente surge en nuestra ciudad la figura del Padre Bruno que encabeza junto a sus colegas del Consejo de Rectores la convocatoria a alumnos, padres, docentes, directivos, representantes legales, profesionales de la educación y especialistas, para capacitarse, actualizarse e integrar las asambleas locales regionales y provinciales para dar cuerpo a esa ley orgánica de educación que materializara una educación pública de gestión privada. Fué un momento único para sostener la libertad de enseñanza en el país. Y Bruno fue más allá, puso a disposición de todos las instalaciones y la infraestructura de su querido Colegio Sagrado Corazón, como también lo hicieron muchas otras instituciones siguiendo su ejemplo de convocatoria libre y genuina. No hubo población santafesina que quedara al margen, fueron años inolvidables de lucha y de aprendizaje continuo.
El P. Bruno fue nombrado representante por la provincia de Santa Fe en la Asamblea Nacional, realizada en Embalse de Río Tercero, en febrero y marzo de 1988, donde se redactó un Informe Final que sirvió de base para debatir y sancionar la Ley Federal de Educación en abril de 1993.
La Iglesia fue la gran protagonista del Congreso Pedagógico Nacional, prevaleció en la mayoría de las asambleas y logró la aprobación de muchos de los principios que defendió. Fueron dos años de intenso trabajo que en la ciudad de Rosario lo lideró el P. Bruno, que supo motivar, atraer y reunir a la gente idónea en el tema. Él puso en movimiento una militancia activa para alentar, estudiar, sostener y defender las ideas de transformación que el sistema educativo necesitaba.
Su desempeñó como líder nato, su capacidad para convocar a todos por igual, su apertura al diálogo, sus conocimientos que siempre actualizaba, su sueño de transformar la educación para alcanzar mejores logros en el futuro, ha quedado en las mentes y en las manos de todo dirigente educativo que compartió su camino en esta ciudad y provincia. Bruno presidía la mesa de trabajo y decía “A ver hoy, qué hacemos?”.
Respondamos hoy nosotros, en nuestro trabajo diario, con el mismo brillo de sus ojos cuando estaba embalado en una idea, y con la sonrisa de sus labios, que nunca le faltaba. Gracias Padre Bruno por tu vida hecho testimonio o por tu testimonio que dio vida a la educación argentina en un momento de real crisis.
(*) la Prof. Marta Grondona de Campero fue rectora del Profesorado "Ntra. Sra. del Huerto" de Rosario entre los años 1975 y 2010.