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La anécdota de la "Pleiyon"

por Marcelo Ganna (*)

Muchas anécdotas con Bruno fueron realmente muy divertidas. Una familia donó para una de las misiones a Santiago del Estero una consola “Play Station”, con algunos juegos y un volante como accesorio. Preparando el viaje, el grupo ordenaba en distintas cajas las cosas para llevar y se cerraban y rotulaban con el nombre del pueblo y la sección adonde iban dirigidas.
Al momento de embalar la “Pleiyon”, como Bruno le decía, quiso ser equitativo con ese regalo tan importante y ordenó mandar la consola a Laprida, los juegos en CD a San Justo y el volante al pueblo de Puerta de Chávez. Los misioneros le decían que así repartido la consola no servía de nada y que las tres cosas debían ir a un solo lugar. Obsesionado en su infinita generosidad, Bruno ponía en cajas diferentes cada una de las partes del juego, sin entender y enojándose con los chicos porque eran egoístas al elegir una sola comunidad y olvidar a las otras.

Al final, la “Pleiyon” llegó a su destino, completa, y ese año fue la gran novedad de la misión para esos chicos que esperaban a sus amigos de “la gran ciudad”. Esa vida que se acrecienta cuando se comparte con el hermano y que Bruno no se cansó de honrarla y entregarla.



(*) Marcelo Ganna es exalumno del Colegio Sagrado Corazón de Rosario, promoción 2003